viernes, 29 de agosto de 2008

El hombre que construyó las pirámides

Blake dibujó, a partir de una de sus visiones, una cabeza a la que llamó "El hombre que construyó las pirámides". Cualquiera puede apreciar tanto la grandeza como el misterio de la idea; y la mayoría de la gente incluso llegaría a desarrollar alguna teoría sobre cómo un gran pintor poético a la manera de Miguel Ángel o Watts la habría tratado. Aquellos habrían podido concebir un rostro de tez oscura y misteriosa, o bien inclinado y reflexivo, o de mirada fija y tropical, o apolíneo y puro. Quienquiera que fuese el hombre que construyó las pirámides, uno cree que debió de ser (para decirlo con suavidad) un hombre inteligente. Miramos el cuadro de Blake y nos sobresalta contemplar el rostro de un idiota. Rectifico, podemos contemplar incluso el rostro de un idiota malvado, un rostro de mirada lasciva, sólo a medias inteligente, que carece de mentón y posee la misma nariz protuberante de un cerdo. Blake afirmó haber pintado el rostro de un verdadero espíritu, y no veo razón alguna para dudar de que así fuera. Pero, siendo así, no se trataba del verdadero hombre que construyó las pirámides: no se trataba del tipo de espíritu con el que a cualquier caballero le gustaría intimar. Esa visión de la estupidez porcina era realmente una desagradable visión que dejaría tras sí el olor de la estupidez demoníaca. Estoy absolutamente convencido de que dejó a Blake más idiota de lo que lo encontró.

Gilbert K. Chesterton, William Blake; p.136-7. Ed. Espuela de Plata, 2007

miércoles, 27 de agosto de 2008

Siempre que termino un libro

PA: Siempre que termino un libro me asalta una intensa sensación de disgusto y decepción. Es casi un desmoronamiento físico. Me siento tan desilusionado con la pobreza del resultado que no puedo creer que haya dedicado tanto tiempo para conseguir tan poco. Me lleva años aceptar lo que he hecho, comprender que lo hice lo mejor posible. Pero no me gusta volver a las cosas que he escrito. El pasado es el pasado y ya no puedo hacer nada al respecto. Lo único que cuenta es el proyecto en el que estoy trabajando ahora.

JM: Beckett dijo una vez, refiriéndose a uno de sus cuentos: "Antes de que alcance a secarse la tinta, ya me produce repulsión".

PA: Es imposible expresarlo mejor.

Entrevista de Paul Auster con Joseph Mallia
. Extraído de: Paul Auster, Experimentos con la verdad; p.158. Anagrama, 2003.

lunes, 25 de agosto de 2008

Tuesday August 5th

I have decided to become celibate. Sex is very overrated in my opinion. It's all over in a few minutes and is centainly not worth all the fuss and anguish that goes before.

Dear Stephen Fry,
My name is Adrian Mole. I once had the honour of cooking you a dish of tripe, which you pronounced 'unforgettable' (Hoi Polli, Sep. 15th, 1996). You didn't pay us a second visit, to lunch or to dine, but no matter, I still admire your erudition and wit.
I have recently decided to become celibate, and will shortly be turning into a celebrity, and I wondered if you as a celebrity celibate, have any tips on how to cope with both of these conditions. I expect you are busy but I'm sure you won't mind taking some time out of your schedule to advise someone who is practically your
doppelgänger. I too am a bit of an intellectual.

Cheers, Steve,
Yours, Adrian Mole

PS. I would appreciate an early reply.


Sue Townsend, Adrian Mole: The Cappuccino Years; p.157. Penguin Books, 1999

viernes, 22 de agosto de 2008

Cosas a estudiar

Puedes mirar, en la confianza de que siempre son correctos, a Ticiano, el Veronés, Tintoreto, Giorgione, Giovanni Bellini y Velázquez; eso, por supuesto, siempre que la autenticidad de la obra esté garantizada por una autoridad fiable.
Puedes mirar con admiración, aunque admitiendo distinciones cuestionadoras entre lo correcto y lo erróneo, a Van Eyck, Holbein, Perugino, Francia, Angelico, Leonardo da Vinci, Correggio, Van Dyck, Rembrandt, Reynolds, Gainsborough, Turner y los modernos prerrafaelitas. Será mejor que no mires a más pintores que ésos, porque si lo haces pueden extraviarte muy lejos del camino, o hacerte incurrir en errores graves, pintores como Miguel Ángel, Rafael o Rubens; y, encima, pueden corromperte el gusto otros como Murillo, Salvator, Claude, Gaspard Poussin, Teniers y otros de esa clase. Puedes mirar, eso sí, como ejemplos de mal hacer, con garantía reprobatoria absoluta, bajo el convencimiento de que todo lo que ves es malo, al Dominiquino, los Carracci, Bronzino, y las figuras de Salvator.
Entre los que he nombrado para estudiarlos con cautela, no mires demasiado, ni te entusiames demasiado con ellos, a Angelico, Correggio, Reynolds, Turner y los prerrafaelitas; y si se da el caso de que te encaprichas de cualquiera de los otros, deja de mirarlo porque andas mal en un sentido y otro. Por ejemplo, si te empiezan a gustar especialmente Rembrandt o Leonardo, estás perdiendo la sensibilidad al color; si son Van Eyck o el Perugino, te gusta demasiado el detalle rígido; o si te gustan especialmente Van Dyck o Gainsborough, seguro que te atrae demasiado la brumosidad de buen tono.

Jonh Ruskin, Técnicas de dibujo; p. 235. Ed. Laertes, 1999

miércoles, 20 de agosto de 2008

Dónde vivía y para qué

Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentarme sólo a los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, y para no descubrir, cuando tuviera que morir, que no había vivido. No quería vivir lo que no fuera la vida, pues vivir es caro, ni quería practicar la resignación a menos que fuera completamente necesario. Quería vivir con profundidad y absorber toda la médula de la vida, vivir de manera tan severa y espartana como para eliminar cuanto no fuera la vida, abrir un amplio surco y arrasarlo, arrinconar a la vida y reducirla a sus términos inferiores y, si resultaba mezquina, coger toda su genuina mezquindad y hacerla pública al mundo; o, si era sublime, saberlo por experiencia y ser capaz de dar cuenta de ello en mi próxima excursión.

Henry David Thoreau, Walden; p.138. Ed. Cátedra, 2007

lunes, 18 de agosto de 2008

Esperando a que llegara el ron

Entretanto, la Compañía A estaba en sus posiciones esperando a que llegara el ron; la tradición de todos los ataques exigía ración doble de ron antes del inicio. Todas las demás compañías habían recibido sus raciones. El Actor comenzó a maldecir:
-¿Dónde diablos habrá podido meterse el cantinero?
Preparamos nuestras bayonetas y nos colocamos en posición de ataque en cuanto Thomas llegó con las instrucciones. Por nuestro lado pasaban centenares de heridos.
- Órdenes del capitán: La Compañía A debe dirigirse a la línea del frente.
En ese momento llegó el cantinero, sin rifle ni equipo de ninguna clase, balanceando la botella de ron, con la cara roja y sudorosa. Se detuvo frente al Actor y le dijo:
- ¡Aquí tiene, señor! -tropezó en un agujero y cayó boca abajo en el lodo. El tapón de la botella saltó, y lo que quedaba de aquella botella de quince litros se derramó por el suelo. El Actor no respondió. Aquél era un crimen que merecía la pena de muerte. Puso un pie sobre el cuello del despensero y el otro en la espalda y lo hundió en el lodo. Entonces le dio a la compañía la orden de avanzar. La compañía avanzó con un martilleo de acero, y aquélla fue la última ocasión en que vi al despensero.

Robert Graves, Adiós a todo eso; p. 240. Aleph Editores.

jueves, 14 de agosto de 2008

Cuatro medidas

Vuelto Alejandro de la hoguera, convidó a muchos de sus amigos y de los generales a un banquete, en el que propuso un certamen de intemperancia en el beber, y corona para el que más se desmandase. Prómaco, que fue el que bebió más, llegó hasta cuatro medidas, y recibiendo la corona de la victoria, estimada en un talento, sobrevivió tres días. De los demás dice Cares que cuarenta y uno murieron en el acto de beber, habiéndoles acometido un frío violento en seguida de la embriaguez.

Plutarco, Vidas paralelas. Alejandro y Julio César; LXIX. Edaf, 1994

martes, 12 de agosto de 2008

Excomunión de Spinoza

[...] nosotros excomulgamos, apartamos y execramos a Baruch de Espinoza con la excomunión con que excomulgó Josué a Jericó, con la maldición con que maldijo Elías a los jóvenes y con todas las maldiciones que están escritas en la Ley. Maldito sea de día y maldito sea de noche, maldito sea al acostarse y maldito sea al levantarse, maldito sea al entrar y al salir; no quiera el Altísimo perdonarle, hasta que su furor y su celo abrasen a este hombre; lance sobre él todas las maldiciones escritas en el libro de esta Ley, borre su nombre de bajo los cielos y sepárelo, para su desgracia, de todas las tribus de Israel, con todas las maldiciones del firmamento, escritas en el Libro de la Ley. Y vosotros, los unidos al Altísimo, vuestro Dios, todos vosotros (estáis) vivos hoy: advirtiendo que nadie le puede hablar oralmente ni por escrito, ni hacerle ningún favor ni estar con él bajo el mismo techo ni a menos de cuatro codos de él, ni leer papel hecho o escrito por él.

Excomunión de Baruch, 27/7/1656. Nota del "herem" que se publicó en la tribuna ("teva") contra Baruch Espinoza. Extraído de: Atilano Domínguez (comp.), Biografías de Spinoza.

lunes, 11 de agosto de 2008

Solo una cosa mala

–No entiendo eso –replico Sancho–; sólo entiendo que, en tanto que duermo, ni tengo temor, ni esperanza, ni trabajo ni gloria; y bien haya el que inventó el sueño, capa que cubre todos los humanos pensamientos, manjar que quita la hambre, agua que ahuyenta la sed, fuego que calienta el frío, frío que templa el ardor, y, finalmente, moneda general con que todas las cosas se compran, balanza y peso que iguala al pastor con el rey y al simple con el discreto. Sola una cosa tiene mala el sueño, según he oído decir, y es que se parece a la muerte, pues de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia.

Miguel de Cervantes. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (cap. LXVIII)

domingo, 10 de agosto de 2008

Iniciación del chamán

El futuro chamán atrae la atención de forma progresiva a causa de su extraño comportamiento; por ejemplo, busca la soledad, es despistado, le gusta vagar por los bosques o por lugares poco frecuentados, tiene visiones, canta en sueños, etc. En algunos casos este período de incubación viene señalado por varios síntomas bastante serios. Entre los yakutos, el joven a veces padece estallidos de furia y pierde la conciencia con facilidad, se esconde en el bosque, se alimenta de la corteza de los árboles, se tira al agua y al fuego, y se corta con cuchillos. Según Shirokogorov, los futuros chamanes entre los tungús, cuando se acercan a la madurez, atraviesan una crisis histérica o histeroide, pero a veces la vocación se manifiesta por sí misma a una edad más temprana: el muchacho huye a las montañas y permanece allí durante una semana o más, "alimentándose de animales, a los que despedaza con los dientes". Luego regresa al poblado, sucio, ensangrentado, con la ropa destrozada y el cabello desordenado, "como un salvaje". Y sólo después de un mínimo de diez días empieza a balbucear palabras incoherentes.

Mircea Eliade, Mitos sueños y misterios.

El regreso

El regreso... ¿Qué significado tenía para mí? ¿La Tierra? Recordé las enormes ciudades bulliciosas, donde iría de un lado a otro, y me perdería, y pensé en esas ciudades como había pensado en el océano la segunda o la tercera noche, cuando quise precipitarme en las olas tenebrosas. Me ahogaré entre los hombres, me dije. Seré taciturno y atento, un compañero apreciado. Tendré muchos amigos, hombres y mujeres, y tal vez incluso una mujer. Durante un tiempo tendré que esforzarme en sonreír, saludar con una pequeña inclinación, enderezarme, ejecutar los miles de pequeños gestos que componen la vida en la Tierra, hasta el día en que esos gestos vuelvan a convertirse en hábitos.


Stanislav Lem, Solaris.