Mostrando entradas con la etiqueta nacimiento. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta nacimiento. Mostrar todas las entradas

lunes, 22 de noviembre de 2010

Un lugar amigable

Si después del nacimiento se trata al recién nacido con amor y sensibilidad, es posible compensar o contrarrestar gran parte del impacto traumático de esta situación que supone una amenaza para su vida. [...] Estoy convencido de que el hecho del nacimiento tendrá siempre cierto grado de traumatismo, aunque su duración sea breve y la madre sea psicológicamente estable, cariñosa y esté bien preparada. Sin embargo, inmediatamente después del parto, es conveniente colocar al recién nacido sobre el vientre o pecho de la madre, reestableciendo su relación simbiótica con ella. El impacto reconfortante del contacto físico ha sido demostrado experiencialmente [sic] y es bien sabido que los latidos del corazón pueden producir un profundo impacto positivo en el recién nacido.

La situación simbiótica sobre un buen pecho es bastante parecida a la experimentada en un buen útero. En estas circunstancias, puede establecerse un vinculo que, según los estudios recientes [...] parece tener una influencia decisiva en toda la relación futura entre madre e hijo. Si a continuación se sumerge al recién nacido en agua tibia, simulando las condiciones intrauterinas, como lo sugiere el enfoque de Leboyer, esto constituye otro poderoso elemento tranquilizador y curativo. Es como si se le dijera al recién nacido, en un idioma que es capaz de comprender: «no ha ocurrido nada horrible e irreversible. Las cosas han sido difíciles temporalmente, pero ahora te encuentras, más o menos, en el mismo estado que antes. Y así es como es la vida; puede ser dura, pero si uno persiste mejora de nuevo». Este enfoque parece imprimir en el niño, casi a nivel celular, un optimismo general o realismo con relación a la vida, una seguridad sana en sí mismo y la habilidad de enfrentarse a retos futuros. Responde positivamente, para la totalidad de la vida del individuo, a la pregunta que Einstein consideraba fundamental, con relación al problema de la existencia: «¿Es el universo un lugar amigable?».

Stanislav Grof, Psicología transpersonal. Ed. Kairós, 2006. p.281