Únicamente les pido [a mis acusadores]: atormentad a mis hijos cuando sean mayores, como yo os he atormentado a vosotros, si os parece que se ocupan más de la riqueza que de la virtud, y si creen ser algo, no siendo nada; reñidles, como yo a vosotros, si se enorgullecen sin motivo. Si lo cumplís, me habréis honrado a mí y a mis hijos. Pero ya llegó el instante de partir: yo hacia la muerte y vosotros hacia la vida. Quién de nosotros parte hacia lo mejor, sólo el dios lo sabe.
Platón, Diálogos. Apología de Sócrates, Critón, Laques, Fedón. Editorial Bruguera, 1983. p.77.