viernes, 31 de julio de 2009

Fichte

La filosofía de Fichte se deriva del Yo como lo único existente en el mundo. El Yo existe porque se afirma a sí mismo. Aunque no existe otra cosa, el Yo sufre un día un pequeño choque [ein Kleiner Anstoss] como resultado del cual afirma el no Yo. Produce entonces varias emanaciones, no diferentes de las de la teología gnóstica; pero mientras los gnósticos atribuían las emanaciones a Dios y pensaban humildemente de sí mismos, Fichte considera innecesaria la distinción entre Dios y el Yo. Cuando el Yo se relaciona con la metafísica, procede a afirmar que los germanos son buenos y los franceses malos, y que, por consiguiente, es el deber de los alemanes luchar contra Napoleón. Tanto los alemanes como los franceses son, por supuesto, únicamente emanaciones de Fichte, pero los alemanes son una emanación superior, es decir, que están más cerca de la realidad última, que es el Yo de Fichte.

Bertrand Russell, Filosofías del poder. En: Antología. Siglo XXI Editores, 1972. p.138.