Cálido y seco. Tiene muchos usos en medicina, pero sólo anotaremos unos pocos, por ser una planta algo peligrosa, por lo cual deben emplearla sólo los médicos. He aquí un aceite excelente para la curación del reumatismo articular y las neuralgias: Póngase al baño maría 25 gramos de hojas tiernas de beleño negro en un litro de un buen aceite de olivas, y déjese hasta que se evapore el agua de vegetación del material. Se aplica sobre la parte enferma, cubriéndola con un lienzo de lana, sujetado con una venda. Las semillas de esta planta se utilizan en sahumerio para calmar el dolor de muelas y curar los sabañones. El olor del beleño negro, respirado por algún tiempo, produce un profundo estupor. Botánica oculta: El humo de sus semillas, cogidas y quemadas a la hora de Saturno, provoca riñas, discusiones violentas. Brujos malvados aprovechan las propiedades maléficas del beleño negro para producir la locura y, a veces, la muerte, obrando a distancia y con toda impunidad. Esta planta forma parte de la pomada con que se untaban las brujas para asistir al aquelarre. Esta receta infernal vale más que permanezca ignorada. Únicamente ha sido publicada en el libro Páctum, afortunadamente hoy rarísimo.
Rodolfo Putz, Botánica oculta. Las plantas mágicas según Paracelso (Edición facsímil); p. 226. Ed. Maxtor, 2006.