miércoles, 3 de diciembre de 2008

LSD, yoga y esquizofrenia

Por otro lado, el fenómeno LSD es -al menos para mí- más interesante. Se trata de una esquizofrenia conseguida intencionadamente, con la esperanza de una remisión espontánea, que no siempre tiene lugar. El yoga también es una esquizofrenia intencionada: se rompe con el mundo, se realiza una inmersión en el interior, y el alcance de la visión experimentada es de hecho el mismo que el de la psicosis. Pero, entonces, ¿cuál es la diferencia? ¿Cuál es la diferencia existente entre una experiencia psicótica o de LSD y una yóguica o mística? Las inmersiones se realizan en todos los casos en el mismo profundo mar interior; de ello no hay duda. Las figuras simbólicas que se encuentran son idénticas en muchos casos [...]. Pero existe una importante diferencia. La diferencia -para decirlo llanamente- es únicamente equivalente a la existente entre un buzo que sabe nadar y otro que no. El místico, dotado con talentos nativos para esta clase de cosas y siguiendo, paso a paso, la enseñanza de un maestro, penetra en las aguas y se da cuenta de que puede nadar; mientras que el esquizofrénico, sin preparar, sin guía poco dotado, ha caído o se ha sumergido intencionadamente y se ahoga. ¿Podría salvarse? ¿Si se le arroja un cabo, lo cogerá?

Joseph Campbell, Los mitos; p. 241-2. Ed. Kairós, 1993.